25/4/09

Tu camino, una vez más

Por Sofía Bartoli De Palma

"Si en algo tengo confianza y fe es en él, mi amigo, mi hermano"
Celeste Lucca

Las banderas rojas y negras marcaron tu corazón durante varios veranos
Las seguiste hasta que los juguetes realmente se perdieron, o vos dejaste que se fueran
Para así encontrar un camino un tanto más dulzón y melancólico (grito gallego).
Siempre fue (y lo sigue siendo) muy interesante ver y observar atentamente tus movimientos, siempre aprendí de ellos.
No paré un segundo de mi vida de mirarte, de admirarte.
Intenté muchas veces ir por tu camino, pero varias de ellas te diste cuenta y como queriendo darme la lección de que hiciera mi propio sendero, borrabas las huellas, pero tengo que confesarte de que yo te veía borrarlas, asique siempre supe el camino.
No dejaste que las diagonales hicieran de tus días un plano demasiado perfecto, por lo cual, y otra vez arriesgando al amor, tus pensamientos seguirían recorriendo aquellas lajas blancas con ribetes negros de la vieja casona.
Probaste más que nadie los dulzones mates en las mañanas de tostadas tibias y azaleas de colores. Escuchaste más que nadie sus quejos por las tardes, y sus llamados a todas horas. Y yo te miraba y aprendía.
Otra vez dándome una lección, elegiste enseñar, elegiste educar, a los más pequeños, como haciéndome creer de que ya no puedo aprender de tus andanzas porque ya no soy aquella niña que usabas de muñeca. Pero yo te seguía mirando y aprendiendo.
Una vez más el amor cambió tu rumbo, otras baldosas hoy ven pasar tus sueños, ellas son uno cumplido.
Encontraste la felicidad. Te veo y entiendo que allí estas feliz, te sentís segura, protegida. Y soy feliz porque te veo con esa sonrisa brillante que ni la más dura de las pesadillas (reales) pudo esconder.
Pero sigo aprendiendo de tu mano, aunque a veces te mire de reojos. Ahora soy yo la que quiere demostrar la madurez, la que quiere decirte que ya aprendí, todo, todo de vos, y que ahora alguien más espera tu enseñanza, alguien más va a disfrutar de tus charlas en la vereda y de tus carcajadas eternas.
Hoy hermana mía, hay una nueva vida que espera que, como hiciste conmigo, le enseñes a ser feliz.
Te adoro.

2 comentarios:

El Cochinillo exquisito. dijo...

HERMOSO SOFI, HERMOSO.

Anónimo dijo...

Sin palabras... cada día admiro mas tu forma de escribir!!!
Te quiero!

AG