17/12/08

Otros nos



Por Sofía Bartoli De Palma




No hay detrás de estas palabras la idea de un cuento rosa. Son sensaciones hermosas que se buscan compartir, expresar, agradecer, no más que eso.
Nada de lo que imaginé se condice con este momento, replicó. Lo real no tiene nada que ver con lo que pude haber imaginado, era otra cosa, agregó. Y es cierto. A veces uno idealiza situaciones, busca siempre hacerlo, eso hace bien en algunos casos, ir por más. Pero ¿cuando ya no se quiere ir por más? Cuando lo simple, lo de hoy, lo de ayer, lo de ese fin de semana vale más que pensar en un lindo futuro. Cuando se está harto de soñar y de que esos sueños caigan despedazados por alguna nube negra más espesa. Cuando los sentimientos no son los sueños color de rosa sino los momentos bonitos más inoportunos. ¿Qué se hace?
¿Qué hace uno cuando siente que la felicidad la encuentra en pedacitos de tiempo, y que esos pedacitos pueden o no formar parte de una línea larga futura, pero que eso no quita el sueño? ¿Dejamos todo y nos encerramos porque la gente no concibe como cuerdas a las personas sin sueños? ¿Sin sueños? (Cele, ¿no tengo sueños? ¿Las personas maduran pero no sueñan?, ¿entonces no maduré y te equivocaste?)
Me pregunto, mientras miro. Te miro.
Miro como la abrazás, como a una fiel compañera. Lo es. Tus movimientos son bruscos pero acertados, tus párpados no se abren, pero sabés que estoy ahí y eso no te inquieta. Los abrís y efectivamente la imagen es real. No te molestás. Está bien, la charla es amena. Las conversaciones interminables. No se habla del futuro. El diálogo es hoy, las palabras del ayer, pero no hay mañana porque no se busca. Si lo quisiéramos, seguro que lo encontraríamos, pero no es el caso. No es el momento, aún.
Aún no.
Pero eso hermoso, esa tranquilidad se percibe a través de los rayos de sol que entran por aquel balcón que tantas lunas vio salir con las persianas abiertas. El calor entibia pero no agobia. Te acompaño, ¿vamos?
Y el saludo fue un hasta otro momento de comodidad, a veces en silencio, nose si habrá un mañana repentino y desesperante. No lo sé pero tampoco quiero saberlo, no es mi idea, no es la tuya. Es hoy, fue ayer. No necesita un mañana.

3 comentarios:

Celeste dijo...

Sí, Sofi... se puede madurar y tener sueños, son ellos los que cambian...
Tendemos a idealizar en todo, es parte de la vida hacer eso... en algún punto nos lastiman y lastimamos lo suficiente para comprender que nada es color rosa, y creo que es mejor...
Hace un año no hablabas como hablas ahora, no tenías tanta lucidez, y fascinante escucharte y estar con vos a cada paso que sos vos y sos otra...
Ahora comprendemos que a veces la felicidad de estar con alguien no pasa por saber fehacientemente que estaremos juntos toda la vida, sino por disfrutar cada segundo juntos...
Me tomó mucho tiempo descubrir eso, igual que a vos... ahora si, podemos ser felices

Te amo, Sofía.... segui escribiendo que me alimenta el alma leerte

Anónimo dijo...

Gracias Almendra, te escondés y no en ese nombre pero sé que ahi se encuentra mi amiga Celeste, a quien adoro y amo con todo el corazón. Gracias, no escribo más porque los ojos están algo nublados, vidriosos.... hablamos.. leemos, luego.

El Cochinillo exquisito. dijo...

Exquisito y sentido texto.

Yo solo agrego,
"y no olvides que un guerrero de no detiene jamas su marcha"

Palabra de Luis, SPINETTA alli.

Cariños Sofi.
Mañana es mejor, tampoco lo olvides